Todos duermen no queda nada entre la luna y yo.
¡Las caras de las muñecas!. Aunque nunca lo pensé me he vuelto viejo.
Al alba a las lozanías habla solamente una mujer.
La quietud fuera de la lluvia una mariposa vaga en mi alcoba.
El camino estrecho acaba en un campo de puerros.
El bebe mostrando una flor abre su boca.