Soy tan solo lo que soy ante Dios.
Tenemos que amar mucho el amor del que nos ha amado mucho.
Ama de veras a su enemigo el que no se duele de la injuria que se le hace, sino que, por el amor de Dios, se requema por el pecado que hay en su alma. Y muéstrele su amor con obras.
El Señor te bendiga y te guarde; te muestre su rostro y tenga misericordia de ti. Vuelva a ti su mirada y te conceda la paz.