Nadie nunca es demasiado grande para soñar. Y los sueños nunca envejecen.
El humor es el más picante de los condimentos en el festín de la existencia. Ríanse de sus errores pero aprendan de ellos; alégrense en sus penas pero ganen fuerza con ellas; hagan un chiste de la...
Cuando una gran pasión se apodera del alma, el resto de los sentimientos se apretujan en un costado.
Uno no puede estar triste mucho tiempo en un mundo tan interesante.
Siempre hay cambios. Justo cuando las cosas están verdaderamente bien, cambian.
Tener aventuras es algo natural en algunas personas —dijo Ana serenamente—. O se tienen o no se tienen dotes para vivirlas.
Cuando hayas aprendido a reírte de las cosas de las que hay que reírse y no de aquellas de las que no, tendrás sabiduría y comprensión.