Los sentimientos son libres pero rara vez los hombres se atreven a obedecer esa libertad. Me
Somos, así, los libros que hemos leído. O somos, de lo contrario, el vacío que la ausencia de libros ha abierto en nuestras vidas.
En el cielo de las armonías todas las fijezas eran movimientos y todas las felicidades nacían de la perdición. Sólo el que se perdía se encontraba.