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El hombre se precipita en el error con más rapidez que los ríos corren hacia el mar.
Son los inocentes y no los sabios los que resuelven las cuestiones difíciles.
Ser tirano no es ser, sino dejar de ser, y hacer que dejen de ser todos.
Quien a ser traidor se inclina, tarde volverá en su acuerdo.
Resulta una gran verdad que el destino es una ley cuyo significado se nos escapa, porque nos faltan una inmensidad de datos.
Si dicen mal de ti con fundamento, corrígete; de lo contrario, échate a reír.
Los hombres temen a los mismos dioses que han inventado.
Lo que más necesitamos es una persona que nos obligue a hacer lo que sabemos.
Todo lo que se mueve es movido por otro.
Las oposiciones son el más sangriento espectáculo nacional después de los toros.
La soledad es la mejor nodriza de la sabiduría.
Todo tiene sus límites.
Más que las ideas, a los hombres los separan los intereses.
Es mejor saber algunas de las preguntas que todas las respuestas.
Viejo es Pedro para cabrero.
La creación de mil bosques está contenida en una bellota.
Nos hartamos de andar por sendas de iniquidad y perdición, atravesamos desiertos intransitables.
Toda lágrima enseña a los mortales una verdad.
Una cosa es haber andado más camino y otra, haber caminado más despacio.
No te avergüences de someterte a las leyes y al que sabe más que tú.
La nada es un infinito que nos envuelve: venimos de allá y allá nos volveremos. La nada es un absurdo y una certeza; no se puede concebir, y, sin embargo, es.
Son distintas la aguas que cubren a los que entran al mismo río.
En la tragedia solo conmueve lo verosímil.
Si el acreedor pensara más en la otra vida, el deudor lo pasaría mejor en ésta.
Creía que un drama era cuando llora el actor, pero la verdad es que lo es cuando llora el público.
La amenaza es el arma del amenazado.
Para hacer ejercicio, pasee con alguien que le acompañe de buen grado, preferentemente un perro.
La ocasión es como el fierro: se ha de machacar caliente.
Propio es de todo hombre imbécil hacerse el astuto.
Tened el valor de equivocaros.
En resumidas cuentas, en este mundo, cada cual consigue lo que se merece. Pero solo quienes alcanzan el éxito lo reconocen.
No se puede imitar lo que se quiere crear.
Los placeres raros son los que más nos deleitan.
Tarea delicada la de apaciguar muchedumbres, porque hacer mucho puede ser tan funesto como no hacer nada.
Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible.
Las preocupaciones se pierden con el tiempo.
Bastante, significa un poco más de lo que cada uno posee.
Intentad dejar este mundo un poco mejor de como os lo encontrásteis.
Cuando no se encuentra descanso en uno mismo, es inútil buscarlo en otra parte.
Cuando la muerte ha igualado las fortunas, las pompas fúnebres no deberían diferenciarlas.