La noche la noche de hilo en hilo de secreto en secreto gota a gota quemante.
La nostalgia de mi pago me pone triste el acento. Viene de allá, campo afuera, y se me va pecho adentro.
Si eres mi sangre cómo no estás en mis venas, pasando y repasando mi corazón que no duerme.
Según de donde se mira, al uno le ves el lomo pues y al otro la barriga.
Algo así como eso que percibimos siente un pajarito que tenemos aprisionado en un puño cuando oye y ve cruzar el espacio a sus congéneres libres.
Una tarde de invierno como tantas, pero hoy viene del fondo del olvido.
Canto, pues a tocar este otro punto; y con ritmo más llano todavía: que nos incumbe a todos este asunto.
La luna olvidada espera en la ventana del cielo abierta a la tarde.
El sol era un melón, la tarde una sandía y la vida, la vida una pura gana de morder y morder manzanas.
Un pájaro equivocado firmó mi poema en blanco.
Y el corazón a cada latido amanece una esperanza nueva que tiene algo del cielo.