Triste cosa es no tener amigos baltasar gracian. Encuentra docenas de triste cosa es no tener amigos baltasar gracian con fotos para copiar y compartir.
Has de hablar como en testamento, que a menos palabras, menos pleitos.
El más poderoso hechizo para ser amado es amar.
Hay mucho que saber, y es poco el vivir, y no se vive si no se sabe.
Muchas veces nace la enfermedad del mismo remedio.
Son los ímpetus de las pasiones deslizadores de la cordura, y allí es el riesgo de perderse.
Lo bien dicho se dice presto.
Pon un gramo de audacia en todo lo que hagas.
Solo vive el que sabe.
Saber olvidar, más es dicha que arte.
El no y el sí son breves de decir pero piden pensar mucho.
Visto un león, están vistos todos, y vista una oveja, todas; pero visto un hombre, no está visto sino uno, y aún no bien conocido.
Bien está dos veces encerrada la lengua y dos veces abiertos los oídos, porque el oir ha de ser el doble que el hablar.
Hemos de proceder de tal manera que no nos sonrojemos ante nosotros mismos.
Visto un león, están vistos todos, pero visto un hombre, solo está visto uno, y además mal conocido.
Donde acaba el deseo comienza el temor.
Ciencia sin seso, locura doble.
La queja trae descrédito.
La retentiva es el sello de la capacidad.
¿Cuál puede ser una vida que comienza entre los gritos de la madre que la da y los lloros del hijo que la recibe?
Todo lo que realmente nos pertenece es el tiempo; incluso el que no tiene nada más, lo posee.
No hay en el mundo señorío como la libertad del corazón.
No es necio el que hace la necedad, sino el que, hecha, no la sabe encubrir.
Por grande que sea el puesto, ha de mostrar que es mayor la persona.
En la boca del viejo todo lo bueno fue, y todo lo malo es.
El que no reconoce al necio nada más verlo, es un necio también
Más vale un grano de cordura que arrobas de sutileza.
Para prevenidos no hay acasos.
Lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Todos los necios son obstinados y todos los obstinados son necios.
Los sinceros son amados, pero engañados
Tiene la mentada fortuna muchos quejosos y ningún agradecido.
La amistad multiplica los bienes y reparte los males.
No vivir aprisa. El saber repartir las cosas es saberlas gozar; a muchos les sobra la vida y se les acaba la felicidad.
El trabajo es el precio que se paga por la reputación.
Naturaleza casi nunca nos da lo mejor, para eso hay que recurrir al arte.
Fortune le paga a veces por la intensidad de sus favores por la brevedad de su duración. Ella pronto se cansa de llevar a cualquiera a largo sobre los hombros.
Para estar a gusto es mejor que estar en el negocio. En realidad nada nos pertenece, pero el tiempo, que incluso él tiene que no tiene nada más.
Intente tareas fáciles como si fueran difíciles y difícil como si fueran fáciles, en el caso de que la confianza no puede conciliar el sueño, en el otro que no puede ser consternado.
Mejor locos con el resto del mundo de lo que sabia solo.
Son tontos todos los que lo parecen y la mitad de los que no lo parecen.