Colección de jose
De todos los infortunios que aluden a la humanidad, el más amargo es que hemos de tener conciencia de mucho y control de nada.
HerodotoLas personas son como los animales. También necesitan ser acariciadas.
David Herbert LawrenceEl avaro no posee sus riquezas, sino que éstas le poseen a él.
Bion de EsmirnaPor naturaleza, los hombres son muy parecidos entre sÃ. Son el saber y la experiencia lo que los diferencia.
ConfucioTrabajando, he conseguido ascender desde la nada hasta la pobreza más extrema.
Groucho MarxSi la muerte fuera un bien, los dioses no serÃan inmortales.
Sacha GuitryEn la soledad se halla lo que muchas veces se pierde en la conversación.
Sam HarrisDios hizo el mundo en solo seis dÃas, y se notan las prisas.
Manuel VicentPrefiero ser coherente, a caer bien.
Dr. houseTrabaja tu salvación con diligencia.
BudaPuede que haya otros universos mejores que el nuestro.
Lee SmolinSon tantos los mortales que no pueden digerir la felicidad!. La felicidad no es cosa fácilmente digerible; es, más bién, muy indigesta.
Miguel de UnamunoA veces, la indiferencia y la frialdad hacen más daño que la aversión declarada.
JK RowlingBosque de Música
Mi ser fluye en tu música,
bosque dormido en el tiempo,
rendido a la nostalgia de los lagos del cielo.
¿cómo olvidar que soy oculta melodÃa
y tu adusta penumbra voz de los misterios?
He interrogado los aires que besan la sombra,
he oÃdo en el silencio tristes fuentes perdidas,
y todo eleva mis sueños a músicas celestes.
Voy con las primaveras que te visitan de noche,
que dan vida a las flores en tus sombras azules
y me revelan el vago sufrir de tus secretos.
Tu sopor de luciérnagas es lenta astronomÃa
que gira en mi susurro de follaje en el viento
y alas da a los suspiros de las almas que escondes.
¿Murió aquà el cazador, al pie de las orquÃdeas,
el cazador nostálgico por tu magia embriagado?
Oh, bosque: tú que sabes vivir de soledades
¿adonde va en la noche el hondo suspirar?
En Ti Afirma La Carne Su PorfÃa...
En ti afirma la carne su porfÃa,
el carmÃn de la rosa, la azucena,
el canto del cenzontle, la serena
superficie del agua, la armonÃa.
En ti enciende sus luces cada dÃa
la voz que incendia el aire cuando suena
su canto repetido en lengua ajena,
hecho fecunda y sola compañÃa.
Comparte en la distancia esta locura
que tengo por el fuego de tu boca
que ya toda cordura se hace poca.
No me cures jamás la quemadura
donde el alma se muere y se me quema
por tu secreta aguda flor suprema.
A Brazo Partido
Llevo en los huesos tanto amor metido
que solo en carne viva y a bandazos,
voy capeando el mar de estos dos brazos
entre los que me encuentro sometido.
No, no basta gritar, tomar partido,
morir hasta caerse uno a pedazos;
hay que hundir a caricias y a zarpazos
tu corazón, tu corazón vencido.
Quiero daros la vida que me sobra,
y este amor que me arranca de los huesos.
Vuestro mi corazón, vuestra mi obra
de compartir lo vuestro y nuestro y mÃo,
consumidos en cólera y en besos.
Solo a mi amor vuestro dolor confÃo.
Si alguno os quiere robar la esposa, la mejor forma de vengaros de él es dejar que se la lleve.
Sacha Guitry