Colección de jose
La lengua es el arma blanda que mata sutilmente.
Jaime Tenorio ValenzuelaLos ojos son para mirar, las manos para coger, la cabeza para pensar y el corazón para amar.
Joan AmadesLa sociedad está divida en dos clases: las que tienen dinero, y las que no pierden las esperanzas de conseguirlo.
Saber llorar es la sabidurÃa de la sencillez.
Miguel de UnamunoLo que no se convierte en recuerdo, no fué.
Antonio PorchiaQuizá
Percibo tu presencia sin estar a mi lado,
y oigo tu breve paso hallándote tan lejos;
siento tu escalofrÃo sin haberte tocado,
y aún cerrando los ojos me ciegan tus reflejos.
Veo pasar las sombras y en ellas te adivino;
cuando me roza el aire sé que son tus cabellos;
si me azota la lluvia, tus besos imagino,
y por ti son mis sueños inmensamente bellos.
Pero no reconozco tu risa entre las risas,
porque amarga tristeza te cubre con su manto;
y en el tropel de gentes ruidosas y con prisas
no estás, porque te encuentras en soledad y llanto.
Un aura te rodea solemne y misteriosa
que fascina mis ojos aunque nunca te han visto;
es quizá la nostalgia gentil y silenciosa
que permea tu vida y en que yo mismo existo.
No obstante, ambos sabemos que ha de llegar el dÃa
en que la luz disipe la sombra en que vivimos;
y al resurgir pujante nuestra innata alegrÃa,
hemos de ser de nuevo como otro tiempo fuimos.
Tú encontrarás un hombre que te bese y te cante,
y no habrá en vuestra entrega ni exigencia ni ruego;
yo volveré a mis sueños, inventando una amante
y escribiéndola versos, sentado junto al fuego.
Y al mirar al pasado desde el nuevo presente
de ilusiones azules y de esperanzas verdes,
una estrella en el cielo y una luz en tu mente
musitarás mi nombre
y quizá me recuerdes.
Bajo Las Luces Rojas
Sus cuerpos bajo aquella luz rojiza,
su desnudo irreal entre la rasa niebla.
FosforescÃa el cuarto, altas paredes
con blancos azulejos. Pensé: es un hospital,
quizás la habitación de revelado
de un amigo fotógrafo. Pero aquellas dos lunas
gemelas en un cielo azul cobalto
eran de otra galaxia, y miré el firmamento
y no reconocà ninguna estrella
que antes que yo miraran otros ojos humanos.
Era un bárbaro rito el que cumplÃan
ante mà aquellos cuerpos. Pude apenas saber
de una desolación y una belleza
que el deseo no nombra, y sentà que espiaba
el fondo más secreto de mà mismo.
Goce o dolor, su voz se rompÃa en mi pecho,
aunque al oÃdo fuera indescifrable.
Mirándose a los ojos durmieron en su abrazo.
Ciego ascendÃa un sol agonizante
Y era frÃa su luz en el alba indecisa.
Bajo aquella luz roja, en un mundo ya muerto
como yo mismo vi borrarse a los amantes.
De "Espejos" 1986 - 1991
Pre-Textos, 1991 Valencia-España
Si aspiras a encontrarte a ti mismo, no te mires al espejo, porque allà encontrarás solamente una sombra, un extraño...
Sigmund FreudLa llama del conocimiento quema por completo la escoria.
MahabharataEncuentro
Me tropecé contigo en primavera,
una tarde de sol, delgada y fina,
y fuiste en mi espalda enredadera,
y en mi cintura, lazo y serpentina.
Me diste la blandura de tu cera,
y yo te di la sal de mi salina.
Y navegamos juntos, sin bandera,
por el mar de la rosa y de la espina.
Y después, a morir, a ser dos rÃos
sin adelfas, oscuros y vacÃos,
para la boca torpe de la gente....
Y por detrás, dos lunas, dos espadas,
dos cinturas, dos bocas enlazadas
y dos arcos de amor de un mismo puente.
El gran enemigo de la democracia es la militarización del pensamiento polÃtico.
Fernando MoránNo hay dÃa más perdido que aquel en que no hemos reido.
Charles ChaplinCuando el hombre pone la planta en el suelo, pisa siempre cien senderos.
Dorothy Lawholte¿en Qué Piensas?
Dime: cuando en la noche taciturna,
la frente escondes en tu mano blanca,
y oyes la triste voz de la nocturna
brisa que el polen de la flor arranca;
cuando se fijan tus brillantes ojos
en la plomiza clámide del cielo...
y mustia asoma entre tus labios rojos
una sonrisa frÃa como el hielo;
cuando en el marco gris de tu ventana
lánguida apoyas tu cabeza rubia...
y miras con tristeza en la cercana
calle, rodar las gotas de la lluvia;
dime: cuando en la noche te despiertas
y hundes el codo en la almohada y lloras...
y abres entre las sombras las inciertas
pupilas como el sol abrasadoras;
¿en qué piensas? ¿en qué? ¡pobre ángel mÃo!
Piensas en nuestro amor despedazado
ya, como el junco al Ãmpetu bravÃo
del torrente que salta desbordado?
¿Piensas tal vez en las azules tardes
en que a la luz de tu mirada ardiente,
mis ojos indecisos y cobardes
posáronse en el mármol de tu frente?
¿O piensas en la hojosa enredadera
bajo la cual un tiempo te veÃa
peinar tu ensortijada cabellera,
al abrirse los párpados del dÃa?
¡Quién sabe!... no lo sé, pero imagino
que en esas horas de aparente calma,
percibes mucha sombra en tu camino,
¡sientes muchas tristezas en el alma!
Mas... otro amante extinguirá tu frÃo,
yo sé que tu pesar no será eterno;
mañana vivirás en pleno estÃo...
y yo, con mi dolor... ¡en pleno invierno!
Donde reina la justicia está de mas la fuerza.
Enrique IVPrefiero ser misógino a machista; es mejor no soportar a una mujer que despreciarla.
Carlos HerreraTono de Conjuro
Cada grito que pide un lunar eco
es la sed que atormenta a un árbol seco.
Cada piedra que sola se levanta
es la estela de un dios que nadie canta.
Cada surco de cal, cada amargura
es el muro sin luz de mi locura.
Cada rosa de vidrio, cada llama
es la voz de un temblor que me reclama.
Cada playa sin mar, cada desnudo
es el campo de sol que nunca eludo.
Cada sangre que sé, cada manzana
es la senda, del mundo, más lejana.
Cada verso que escribo, cada canto
es tan solo un conjuro; solo tanto.
Aquel que tú crees que ha muerto, no ha hecho más que adelantarse en el camino.
SénecaLa sabidurÃa con riquezas es mas útil y aprovecha mejor a los hombres.
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