Colección de pepe
¿Qué puede ser el escritor sino una pasión sostenida del lenguaje?
Percy Bysshe ShelleyNovia Del Recuerdo Ya
Si acertara tu contorno
y pudiera recogerte
de tan lejos, negra novia,
inmóvil y permanente.
Si se me diera cubrir
el largo trecho de ausencia
en un galope de tactos
de labios y de violetas.
Si aún alcanzara el remate
delgadÃsimo del beso
perdido en la lejanÃa
aún viva de mi recuerdo...
...SerÃas mÃa de nuevo
-mi lejana negra novia-
con gallos y cascabeles
repicando tus alcobas
de espejos y de violetas.
Con tu mirada en el agua
viéndome venir de lejos
por los caminos del alba.
SerÃas mÃa de nuevo
con mi risa y tus ojeras;
con mi gloria y tu congoja
de pájaro sin vereda.
Con mi gloria y con la tuya;
con la gloria de las almas
nuevas, frenéticamente,
en un abrazo de espadas.
Porque es tiempo y mi mensaje
se va de mÃ, derramado;
negra novia del recuerdo,
lejana y sola, esperando.
TrÃbada Falsaria
Que torpemente, Lesbia,
ofenderme procuras.
Considera, por caso, el venenoso infundio
que sobre mà propala tu tierna sobrinilla,
esa nauseabunda literata en vernáculo
que languidece -es obvio- por mi eterno desdén.
Sé que de ti procede, pero no ha de ayudarte
mi inmerecida fama de catador de virgos,
pues desoÃste antes el consejo del Griego.
En materia de fábulas, se debe preferir
lo verosÃmil imposible
a lo posible inverosÃmil.
"Suma de varia intención" 1987
Calumniad, calumniad que algo quedará.
VoltaireEnvejecer es el único medio de vivir mucho tiempo.
Daniel - Françoise AuberIsla Ignorada
Soy como esa isla que ignorada,
late acunada por árboles jugosos,
-en el centro de un mar
que no me entiende,
rodeada de NADA,
sola sólo-.
Hay aves en mi isla relucientes,
y pintadas por ángeles pintores,
hay fieras que me miran dulcemente,
y venenosas flores.
Hay arroyos poetas
y voces interiores
de volcanes dormidos.
Quizá haya algún tesoro
muy dentro de mi entraña.
¡Quién sabe si yo tengo
diamante en mi montaña,
o tan solo un pequeño pedazo de carbón!
Los árboles del bosque de mi isla,
sois vosotros mis versos.
¡Qué bien sonáis a veces
si el gran músico viento
os toca cuando viene del mar que me rodea!
* * *
A esta isla que soy, si alguien llega,
que se encuentre con algo es mi deseo;
-manantiales de versos encendidos
y cascadas de paz es lo que tengo-.
Un nombre que me sube por el alma
y no quiere que llore mis secretos;
y soy tierra feliz -que tengo el arte
de ser dichosa y pobre al mismo tiempo-.
Para mà es un placer ser ignorada,
isla ignorada del océano eterno.
En el centro del mundo sin un libro
SÉ TODO, porque vino un misionero
y me dejó una Cruz para la vida
-para la muerte me dejó un misterio-.
La angustia de volver al trabajo es peor para el corazón que el colesterol o una fuerte tensión arterial.
Joao RegalaSe ha alcanzado la excelencia como lÃder cuando la gente lo sigue a uno a todas partes, aunque solo sea por curiosidad.
Colin PowellHice un duro camino antes de darme cuenta de que la fama no es tan importante como la impronta que dejas.
Kark LagerfeldEl que nunca fue cosa y después cosa lo hacen, cuando se pone a hacer cosas, ¡Dios mÃo que cosas hace!
No tienes lo que mereces, tienes lo que no puedes esquivar.
Ralph Waldo EmersonLa libertad no puede ser concedida sino conquistada.
Max ErnstLa tonterÃa se coloca siempre en primera fila para ser vista; la inteligencia detrás para ver.
Isabel de RumaniaSi usted quiere que sus hijos tengan los pies sobre la tierra, colóqueles alguna responsabilidad sobre los hombros.
Abigail Van BurenEscribo para que la muerte no tenga la última palabra.
Octave UzanneEn Oriente la mujer no suele ver al hombre antes de casarse. En Occidente, después.
Alvaro de la IglesiaLa vida solo vale cuando se entrega poco a poco a los demás.
PacoyoOtra Estirpe
Eros, yo quiero guiarte, Padre ciego...
pido a tus manos todopoderosas,
su cuerpo excelso derramado en fuego
sobre mi cuerpo desmayado en rosas!
La eléctrica corola que hoy despliego
brinda el nectario de un jardÃn de Esposas;
para sus buitres en mi carne entrego
todo un enjambre de palomas rosas!
Da a las dos sierpes de su abrazo, crueles,
mi gran tallo febril... Absintio, mieles,
viérteme de sus venas, de su boca...
¡Asà tendida, soy un surco ardiente,
donde puede nutrirse la simiente,
de otra Estirpe, sublimemente loca!
El corazón es centro, porque es lo único que de nuestro ser da sonido.
MarÃa Edgeworth